El Demonio de las Armas


¿Recuerda a Adán y Eva? En este caso Ennie es la que llama el pecado, la que invita a saltarse las reglas hasta las últimas consecuencias, y Bart el pobre enamorado que sigue sus paso con una benda en los ojos. Si El Demonio de las Armas fuera, en vez de 1950, del siglo XXI las asociaciones de mujeres se habrían agolpado por el mensaje machista, por esa encarnación del mal en la mujer. Pero los tiempos eran otros y, pese a todo, es una de las mejores películas del cine negro.

Bart Tare es un hombre que desde niño ha estado obsesionado por las armas, protagonizando un pasado turbio, que conoce a la bella Annie Laurie, tiradora profesional, en una barraca de feria. Ambos se enamoran perdidamente desde que ella comienza a trabajar en un espectáculo del recinto, algo que el dueño no está dispuesto a permitir por lo que despide a ambos. Pasarán una luna de miel en la que Annie decide que nunca más será ninguneada y hasta una hamburguesa mal servida se convertirá en el detonante de su ira.

Su director Joseph H. Lewis fue, al igual que a todas las películas sobre la mafia, acusado de formar parte de los bajos fondos por el realismo que puebla la cinta. Peggy Cummis, secundaria de Londres en Llamas, y John Dall, protagonista de la otra gran obra de Lewis El Diablillo ya es Mujer, dan vida a la pareja que dará rienda suelta a su amor hasta sus últimos extremos.

Rodada en tan sólo un mes y con 450.000 dólares de presupuesto, es sin duda de lo mejor del cine negro. El desarrollo de la personalidad de los personajes y cómo se va desencadenando el final hace que sea de visionado imprescindible no sólo para los b freaks, sino para todo buen cinéfilo.

~ por rulankas en febrero 9, 2010.

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